"Créalo o no, el aire ha mejorado", el titular del reciente y bienintencionado artículo de opinión de Jay Evensen sobre la calidad del aire a lo largo del Wasatch Front, es un buen eslogan turístico, pero tergiversa la situación del aire de Utah. Evensen omitió algunos datos importantes, dejando la impresión errónea de que el problema de la calidad del aire en Utah tiende en la dirección correcta.
En primer lugar, el Índice de Calidad del Aire (ICA) medio anual al que se refiere Evensen no es un buen indicador de cómo afecta la contaminación atmosférica a nuestra salud y de si el aire está realmente "mejorando". La media de los días de aire malo y de aire bueno oculta la gravedad de los periodos de calidad del aire muy insalubre como el de esta última semana. En la actualidad, la mayoría de las áreas metropolitanas de Utah no cumplen las normas federales de calidad del aire debido al número de días al año en que superan los umbrales de contaminación atmosférica nociva para la salud, no por el promedio de AQI en el transcurso de un año.
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